23 de junio de 2008

An American Crime

Tuve el placer de verla en el preestreno del maratón aullidos; digo el placer de verla debido a que por las malas críticas que habían llegado a mis oídos no me esperaba gran cosa, pero lo que me encontré fue una gran sorpresa, una película que me pareció de lo mejor que había visto en el mes de mayo.

Por partes, la dirección es bastante sobria e intenta ser lo más realista posible (supongo que mitigando alguno de los hechos que sucedieron en esa casa) aunque también utiliza algún tipo de efectismos para llamar la atención del espectador. El director y el guión se encargan de mostrar la película como la descripción del detonante y de lo que sucedió después como si fuera un juicio, como un testimonio de lo que pasó (en la cuál se intercalan interrogatorios del juicio para completar más esa visión). Lo único malo con ese tipo de narración es un pez que se muerde la cola para mi gusto, es que por mucha objetividad que quieras meter en una película ese tipo de hechos no hace más que provocar la reacción del personal; aquí se busca y lo consigue, ¡y de que manera¡, hace que a uno se le revuelvan las tripas y te clava al asiento (o el caso contrario, hay quien se salió de la proyección).

La otra cosa que me encantó fueron las interpretaciones de Ellen Page como Sylvia Likens (esta mujer promete un cojón y medio) y Catherine Keener como Gertrude Baniszewski, ambas se comen la pantalla y llenan la película con su saber hacer, creo firmemente que sin ellas en el reparto la cosa no hubiera acabado tan bien.

Mencionar una frase que aparece al principio de la película y que luego la recuerdas con ironía: “ya ves que en el sur somos buena gente” o algo así, y luego ves a gente que casi ni conoce a Sylvia torturándola hasta la saciedad mientras se ríen solo para matar el tiempo. Es el hecho de que gente desconocida se uniera a ese circo lo que creo que repugna de verdad en la película, porque no entiendo que se critique que sea muy explícita, mire oiga, son hechos reales, lo que no van a hacer es no enseñarlos, si hubieran utilizado la sugestión y el no mostrar yo quizás las hubiera pasado tan putas como en cierta escena de Hard Candy.

Es sorprendente al ver la película el cúmulo de circunstancias que se dieron para que esa niña acabara así, y también ciertas sentencias para un caso que resonó en aquella época dada su atrocidad, pero la película aparte de con asco y pena, la acabas alegre cuando sabes lo que les pasó a cada uno de los implicados.

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